En la actualidad, mucha gente no sabe discernir los diferentes tiempos, o compases, que tiene la vida tiene a cada momento. Hay quienes viven buscando la satisfacción inmediata, mientras otros añoran el vivir en un ritmo más pausado. En otras palabras, muchos no saben distinguir el ritmo que lleva cada momento y eso les impide cambiar su marcha para disfrutarlo en su totalidad. Lo mismo paso cuando se embarcan en algún proyecto, no dejan que se desarrolle al ritmo que el proyecto necesita para madurar. Todo esto lleva a que la frustración, y el estres que la acompaña, se incrementen de una manera desproporcionada. No disfrutamos los momentos que vivimos, o recogemos los frutos que esperábamos, simplemente por no saber distinguir el ritmo óptimo para poder obtener lo que esperamos que suceda. La vida no tiene un solo ritmo, una sola cadencia. Para poder vivir al máximo, tenemos que aprender a distinguir que ritmo tiene cada momento y proyecto. Nosotros somos quienes que...
Plantando semillas para construir un mejor futuro.