Mucho se habla de lo que los gobiernos hacen, o dejan de hacer, por la gente. Pero poco se habla de lo que la gente puede hacer por, y para, la gente. Nos hemos acostumbrado a que el gobierno es quien tiene que proveer, e incluso solucionar la totalidad de nuestros problemas. Esta actitud nos hace olvidar que el gobierno no es un ente todopoderoso, y que hay ciertos aspectos de la vida de la gente que es mejor que no entre. Hay que reencontrar el balance entre lo que el gobierno hace, y lo que nosotros mismos podemos hacer, para encontrar el mejor camino para salir adelante. Es necesario cambiar la forma en la cual vemos al gobierno, y las expectativas que tenemos sobre su actuar. El gobierno puede ser el origen a todas la soluciones, ni debe inmiscuirse en todos los aspectos de la vida diaria de la gente. Debemos de empezar a acotar el poder que tiene el gobierno para inmiscuirse en la vida personal de la gente, y enfocar su poder en la vida publica de las comunidades. El...
Plantando semillas para construir un mejor futuro.