Un gobierno incluyente no es aquel que solo hace consultas, o plebiscitos, para temas relevantes para la sociedad. Aunque útiles en la vida democrática de cualquier sociedad, en especial para que la sociedad tenga una manera directa de dar su opinión, el basarse solo en estas dos herramientas para decir que cualquier gobierno es incluyente es una falacia.
Para que un gobierno sea considerado como incluyente, debe de tener mecanismos para que la sociedad pueda participar en el gobierno en todo momento. Los diferentes sectores de la sociedad deben de tener facilidades para que su voz sea escuchada en aquellas decisiones que les afecten, en todo momento y que afecten la decisión final de manera directa. Todo aquello que sea una traba para que la sociedad, o individuos, que tengan algo que aportar lo puedan hacer de manera sencilla y directamente sin necesidad de intermediarios.
Incluso la sociedad, incluso a nivel individual, debe de tener los mecanismos para poder proponer cambios en la ley para ser discutidos por el gobierno, sin que tengan que ser propuestos por alguna autoridad o miembro del gobierno. El mecanismo para la propuesta de nuevas leyes, o cambios en las leyes, debe de ser el mismo para la sociedad que para quienes conforman el gobierno.
La idea de que solo los representantes de la sociedad dentro el gobierno pueden, o deben, ser quienes tomen las decisiones no es lo más sano. La sociedad debe de tener mecanismos más claros, y el gobierno más transparentes, para proceder a la toma de cualquier decisión. Toda la información referente a como se llego a tomar cualquier decisión en el terreno publico, tiene que ser puesta para que la sociedad pueda acceder a ella en cualquier momento de forma sencilla y en el modo más conveniente.
La sociedad no puede ser excluida en ningún área del gobierno, ya que este le sirve a la sociedad y trabaja para que aquello que beneficie a la sociedad sea hecho.
La reforma que más se necesita, es la reforma en el sistema de gobierno. El gobierno debe de tener como principio de acción, el beneficiar a la sociedad. Y no lo puede hacer a menos que la sociedad tenga voz y voto en todo actuar del gobierno, más allá de las elecciones para elegir a los representantes de elección popular.
De no ser así, el circulo vicioso en el cual nos encontramos no se romperá.
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