Que las cosas cambien es algo muchos quieren que pase, más sin embargo la mayoría de la gente no esta dispuesta a hacer lo necesario para que el cambio se de. El cambio no se da por si mismo, ni mucho menos se mantiene en el tiempo, si no estamos dispuestos a pagar el precio para que el cambio suceda.
La paradoja es que queremos que las cosas cambien, pero no se esta dispuesto a ceder nada para que el cambio se de. Se quiere lograr el cambio, mientras se siguen teniendo los mismos comportamientos.
Esta la creencia equivocada que el cambio no tiene ningún costo, o que no requiere ningún sacrificio. Esto nos mantiene estancados en el mismo lugar, ya que no queremos pagar el precio o tomar la responsabilidad que nos toca para lograr que se de el cambio. Esperamos que otros cambien, no vemos que uno tiene que cambiar de forma acorde a lo que esperamos que suceda.
Se tiene que acabar la costumbre de esperar que los demás cambien primero, y el miedo al cambio.
Existe un temor al cambio extremadamente arraigado. No importa que el cambio sea para mejorar, muchos prefieren seguir con lo mismo simplemente por miedo a que las cosas sean diferentes. Se pierde de vista que las cosas están en constante cambio, formemos parte activa del mismo o simples pasajeros.
El cambio nunca va a ser exactamente como lo queremos, ni sera completamente a nuestro favor. Pero la única manera en que sea lo más positivo posible, es formar parte activa en el mismo.
Hay que entender que el vivir significa un estado de cambio constante, una metamorfosis que solo termina con la muerte. La decisión a la cual toda persona se enfrenta si se deja llevar por los cambios, o hace algo para sacar el mayor provecho de estos.
La clave es que tenemos que recordar, es que todo cambio que logremos sera a costa de algo de igual valor. No hay cambio sin costo, o sacrificio.
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