En verdad es esperanzador lo que se ve en las nuevas generaciones. Cada vez se ven más activas en todos los ámbitos, y realmente se dan cuanta que para lograr cualquier cosa hay que esforzarse por lograrla.
Ya se ve que hay cada vez más personas que buscan generar los cambios ellos mismos, y no esperar a que lo haga alguien más por ellos. Y además, se ve que hay cada vez una conciencia mayor de cuales son nuestros derechos y cuales son los obligaciones a cumplir cuando los adquirimos.
La conciencia de que el país que queremos lo tenemos que construir todos, es cada vez no solo tomada en cuenta, sino también se actúa para que sea así. Cada vez más, se ve que más personas aportan para lograr el objetivo de construir una sociedad mejor.
Por fin, nos estamos dando cuenta que una sociedad justa y equitativa es beneficiosa. No solo para la sociedad en su conjunto, pero sobre todo para el individuo.
El individuo es tan importante como la sociedad en si, no se pueden separar por completo uno del otro. Sería como querer construir sin los materiales adecuados.
Para tener una sociedad sana, se necesitan ciudadanos sanos. Y para tener ciudadanos sanos, se necesita una sociedad sana. Es una relación simbiótica, ya que uno necesita del otro para crecer y estar en buena forma.
Es un camino largo y tortuoso para llegar a tener una sociedad más justa. Y en cierta manera, no llegaremos al final, siempre habrá algo que corregir o agregar. Pero es un camino que vale la pena.
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