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Hay que cambiar al malo conocido, por el bueno que llega...

Se dice que la locura de define como hacer lo mismo buscando resultados diferente, y es algo que se hace muy comúnmente. Lo peor es que dicha actitud se cobija bajo el dicho de más malo conocido que bueno por conocer, que no solo en el mismo lugar sino en muchas ocasiones logra empeorarlas.

Hay momentos en los cuales se tiene que encontrar nuevas formas de hacer las cosas, ya que la forma en la que se vienen haciendo las cosas no están dando los resultados esperados. Esto no siempre significa que las cosas se hagan, o estén, mal. Solo que se pueden hacer de mejor de un modo distinto por distintas razones, desde que se tiene mejor información o hay mejores materiales.

El cerrarnos al hacer las cosas de una forma, por cualquier motivo, sin escuchar razones o darle la oportunidad a que funcione el nuevo proceso, no es una acción sana que nos lleve a ser mejores o a donde queremos llegar. Hacer correcciones, o cambiar de curso u objetivos, es en ocasiones lo más sano que podemos hacer.

En muchos aspectos ha llegando la hora de hacer las cosas diferentes, sí es que queremos que las cosas mejoren a nuestro favor. El cambiar la forma en que nos enfrentamos a la vida cuando las cosas que hacemos no ayudan a mejorar, es lo más sano que se puede hacer.

Si realmente queremos realizar el cambio necesario que necesitamos, tenemos que cambiar aquello que ya demostró que no sirve. De no hacerlo, podemos seguir esperando más de lo mismo.

Cualquier cambio requiere que se de en todo el ámbito que sea relevante para que llegue a ser un realidad. Y dicho cambio no se da solamente cambiando los factores externos, también tiene que cambiar aquello que sea pertinente de forma interna.

El cambio es posible, pero primero tenemos que modificar todo aquello que demuestre que no conlleva a lograr las metas que nos planteamos.

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