domingo, 11 de agosto de 2019

La paradoja de la democracia.

La paradoja de la democracia que más me llama la atención, es que cuando el candidato por el cual se vota no gana la elección muchos se niegan a reconocer al contrincante como su representante. Y aún así le exigen que actúe como si los representara, a pesar de que se niegan a reconocerlo como quien gano la elección por mayoría.

Esto es más evidente en la elecciones presidenciales, donde los votantes que no vieron a su candidato ganar se niegan a reconocer al ganador como su presidente. Pero si su candidato gana, exigen que todos lo reconozcan como el presidente de todos. Lo cierto es que el ganador se vuelve el presidente de todos, independientemente de que no todos votaron por él. Para poder exigirle de cierta manera como presidente, primero tienes que reconocerlo como tal.

Al elegir a cualquier candidato a cualquier puesto en el gobierno, no lo estas haciendo para que se convierta en tu representante de manera literal. Lo estás haciendo, porque crees que es el indicado para que actué de una manera acorde a como crees que deben ser las cosas. Pero, al llegar al puesto por el cual fue candidato, deja de ser tu candidato para trabajar para beneficiar a todos los que representa dicho puesto.

En la democracia, cuando el candidato gana las elección pasa a representar las voces de todos. El decir que cierto senador, diputado, o tu presidente municipal, no te representan es no entender lo hacen mientras estén en el cargo. Por ende, se tiene el derecho de exigirle cierto actuar, y los resultados que quieres ver.

Los poderes son otorgados a cada uno de los puestos a los cuales elegimos a quien gano la elección, para ser usados en representación de todos. Por esto el decir que quien gano la elección no es tu representante por que no votaste por el no tiene sustento. Es tu representante por que gano la elección, y por eso tienes el derecho de exigir que te los resultados que necesitas dentro del marco legal que delimita su actuar. Sí quieres que los candidatos afines a tus principios, e ideales, tienes que trabajar para que estos sean elegidos. Mientras tanto, hay que trabajar con quien fue elegido para que construir la comunidad que quieres ver.

Dejemos a un lado la idea de que si no gana el que quiero, no es mi representante. Independientemente quien llegue, una vez que ocupa el cargo se vuelve el representante de todos y tiene que trabajar para todos.

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