La desalentadora falta de pensamiento critico.

Conforme pasa la pandemia, es de llamar la atención al falta de pensamiento critico para procesar la información que recibimos a diario. Al no poder procesar la información recibida, se genera mucha de confusión, esparcimiento de noticias falsas y teorías de conspiración que se escuchan.

No se trata solo de solo poder buscar noticias con fuentes confiables, o que provengan de personas tengan las credenciales necesarias para confiar en la información que nos dan. Es necesario poder al menos tener los conocimientos básicos para poder entender lo que se nos dice, o entender cuando leemos aquello en lo que basan la información que nos dan.

Lamentablemente, muchos de los principios básicos que se dan sobre muchos los temas de interés común no se comprenden. Esto provoca mal entendidos, o que se le de valides a conclusiones equivocadas. Lo que es peor, también ayuda a la propagación de noticias faltas al no poder identificarlas como tal, por no contar con las herramientas necesarias para poder hacerlo.

Lo mismo pasa con las teorías de conspiración que circulan por diferentes medios. Al leerlas, y realmente compararlas con la realidad, se puede ver que son falsas. No están basadas en hechos, sino en saltos de pensamiento que no se pueden dar al no tener sustento alguno. Sobretodo, el entender que la falta de evidencia no es evidencia a favor, o en contra, de que algo sea cierto.

De seguir así, las cosas no mejoraran mucho. Es necesario realmente dar la herramientas necesarias a la gente para que por si misma, y así puedan detectar las noticias falsas y no den crédito a las teorías de conspiración.

La desigualdad en la educación causa estragos.

La pandemia del CONVID-19 a expuesto varias de las causas de la desigualdad existente, pero una de las más importantes es la educación que recibida por los diversos sectores de la sociedad. Queda claro que la calidad de la educación no es la misma para todos, y esto impacta en todos los aspectos en que la gente entiende la pandemia.

El que no se haga caso a las recomendaciones por especialistas de la salud, y la total incredulidad en la existencia del virus, no solo es por causa de la ignorancia. De igual manera tiene raíz en que mucha gente no recibió las herramientas necesarias para entender que es un virus, como se contagia, y mucho menos como las medidas que salud e higiene que se nos pide seguir, nos ayudan a limitar el impacto del virus. Lo más importante, es que no se evitara totalmente los contagios, pero si se lograr que estos sean los menos posibles.

Lo triste es que quienes no siguen las recomendaciones no siempre lo hacen por no tener la capacidad de entender, sino que simplemente nunca recibieron las herramientas básicas para poder procesar la información que se les da para poder así tomar las decisiones que ayuden a aplanar la curva de la pandemia.

Hasta cierto punto les estamos pidiendo que hagan algo, sin haberles dado las herramientas necesarias para que lo puedan hacer. Queremos que piensen, pero nunca se les dieron las herramientas para que lo puedan hacer por si mismos.

Lo cual se complica con toda la desinformación a la cual tienen acceso, la cual no pueden reconocer como tal al no poder procesarla de manera eficaz. No es que no tengan la capacidad, pero  no tienen las herramientas necesarias para poder reconocer dicha desinformación como tal.

Si lo que queremos es lograr una sociedad mas justa, tenemos que acortar esta brecha. Lo ideal es que logremos que no exista, pero lo principal en este momento es sentar las bases para construir un sistema educativo que le de las mismas bases a todos. No podemos tener una sociedad justa, y equitativa, cuando la misma educación recibida sienta las bases para la desigualdad.

No es necesario que todos obtengan una educación universitaria, pero si una educación básica que les de a todos las mismas bases. No podemos seguir educando de manera diferentes a las persona dependiendo nivel socioeconómico, sí es que esperamos poder tener adultos capaces de pensar por si mismos.

Todos queremos una sociedad justa, incluyente, y lo más equitativa posible. Pero para esto, hay que cambiar el sistema educativo de raíz.