miércoles, 18 de junio de 2014

No es el mundial en si, es que a la mayoría no le importa...

Cuando miro al mundo de la política, para encontrar personas como esta y ver como se negocian las reformas energética y política no puedo más que sentir una gran decepción. Pero, como podemos esperar que reformas estructurares tan importantes como la energética y la política no se lleven como se ha hecho hasta el momento, cuando son llevadas por políticos que están más interesados en su propio beneficio que del de la gente a la cual sirve.

Algunos culpan a la gente, que se idiotiza con el mundial en lugar de poner atención para evitar que las reformas que se quieren instituir les quiten los derechos y la soberanía sobre los recursos energéticos. Pero yo me pregunto, ¿si no estuviera el mundial pondrían atención en las reformas?

La respuesta me entristece aún más, porque la gente no necesita al mundial para no prestar atención a lo que los políticos hacen en el Congreso de la Unión. Encontrarían otra distracción, o simplemente tendrían las excusas de siempre para no hacer nada para hacer respetar la voluntad del pueblo. Dejemos de culpar al mundial, o a cualquier evento de este tipo, como excusa del porque los políticos actúan como lo hacen.

Si la gente quisiera hacer algo al respecto, lo haría independientemente de lo que las distracciones que le pongan. La verdad es que dichas distracciones son usadas por la gente y los políticos para justificar su actuar. La gente la usa para no poder ignorar lo que hacen los políticos, y los políticos para poder justificar la poca transparencia con la cual actuaron.

El problema no son dichas distracciones, simplemente estas son un síntoma de un problema más profundo. El problema real es que, por muchos motivos, a la gente no le importa lo que pasa en ámbito político. La indiferencia es la causa raíz del porque la mucha gente no hace nada para que el gobierno realmente cumpla su mandato de representar el interés popular. Y la búsqueda de cosas que los distraigan para no ver el accionar de los políticos, nace de esta indiferencia.

Hasta que no hagamos que la gente se interese por la política, y que haga política, nada tendrá éxito en llamar su atención. Mucho menos en lograr que hagan algo para que los políticos tengan que respetar la voluntad popular.

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