viernes, 23 de julio de 2021

Teletrabajo: oportunidad desperdiciada.

Una de la mayores ironías que he vivido durante lo que va de la pandemia que ha provocado el COVID-19, ha sido que a pesar que en el trabajo hemos demostrado que se tienen las herramientas para hacer uso del teletrabajo en mayor medida aún hay mucha reticencia a hacer una mayor uso del trabajo desde casa.

Pareciera ser que no se quiere realizar el cambio, no por que no lo podamos realizar de manera efectiva, sino porque temor o simplemente una negativa cambiar la forma de como se han venido realizando las cosas hasta el momento. Aunque es cierto que ciertos puestos dentro de la empresa, como los de chofer o almacenista, no es posible realizarlos a distancia; la mayoría de los puestos administrativos se pueden realizar a distancia, o solo asistiendo a los oficinas de manera reducida.

Al realizar nuestras labores mediante un escritorio remoto, al cual podemos acceder desde cualquier lugar donde tengamos acceso a Internet, significa que nuestra presencia física en la oficina es redundante. Y toda la información extra que necesitamos para realizar nuestras labores, puede ser compartida mediante correos electrónicos o WhatsApp. Incluso juntas se puede usar plataformas como Zoom o una llamada telefónica.

La documentación que se necesita tener de manera física es poca, la cual puede se puede recolectar, o entregada para su archivo, de manera puntual algunos días a la semana. Incluso puede ser entregada a los choferes sí fuera necesario hacerlo por alguna urgencia.

Un alto porcentaje de nuestros procesos que aún realizamos con copias físicas, ya se pueden realizar de manera electrónica lo cual facilita el trabajar de manera remota. Lo que hace falta, es la voluntad para hacer el cambio e implementar los nuevos procesos. La tecnología ya la tenemos, o su implementación no es complicada, ya que esta basada en conocimientos y habilidades que el personal que lo utilizara ya tiene o puede aprender de manera sencilla.

El no realizar el cambio, nos pone en una desventaja competitiva frente aquellos de nuestros competidores que adopten las tecnologías necesarias que faciliten la nuevas formas de trabajar. Principalmente porque las mismas tecnologías que facilitan el teletrabajo, también facilitan al interacción con tanto los clientes que ya tenemos, como con potenciales que permitan el aumentar nuestra posición en el mercado. El llegar tarde al uso a estos nuevos canales, es una desventaja que competitiva que ninguna empresa se puede dar.

Por fortuna, es algo que aún se puede corregir con cierta facilidad. Solo espero que no sea una acción que se siga postergando.

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