sábado, 6 de noviembre de 2021

El mundo cambia, y no nos va a esperar.

Uno de los mayores enemigos del cambio, es la inercia de como se han venido haciendo las cosas. Lo peor es cuando el cambiar traería mejoras considerables, la comodidad de seguir haciendo las cosas igual se impone a pesar de todo.

Lo que más frustra de la resistencia al cambio por seguir igual, es cuando el cambiar resolvería de raíz muchos de los problemas que se vienen enfrentando con la forma en la cual se vienen haciendo las cosas. Y más cuando los cambios son relativamente pequeños, como simplemente agregar o quitar un par pasos al proceso actual.

El cambio no es malo en si mismo, pero hay que darle tiempo para que de los resultados antes de juzgarlo. Además de realmente hacer las cosas que el cambio requiere para que pueda funcionar, algo que muchas veces no se hace.

Muchas veces el cambio no funciona porque la gente no cambia su forma de hacer las cosas, simplemente quiere seguir haciendo lo de siempre. El actuar así solo asegura que los resultados de cambio no se darán.

El mundo a nuestro alrededor se encuentra en un cambio constante, y para poder avanzar tenemos que adaptarnos a estos cambios. Y adaptarse significa que tendremos que cambiar, nos guste o no. Y si queremos que el tener cierto control sobre los cambios que tenemos que realizar, tenemos que hacerlo de forma pro-activa.

De no ser así, factores externos nos dictaran la forma en la que tenemos que cambiar a pesar de lo que queramos hacer.

Todo cambia, nos guste o no.

 

No hay comentarios.:

Publicar un comentario

Cosas que no hacen sentido en el trabajo.

Uno de los argumentos más ridículos que he escuchado cuando pido alguna información para sacar algo en el trabajo, es que lo pido para facil...