Hay pocas cosas que resultan te desilusionan, como el ver que la gente a tu alrededor no esta dispuesta a dar lo que exige de los demás. El exigir sin primero actuar de la manera que esperamos de otros, solo lleva a un ciclo vicioso que nos lleva a no hacer nada de que realmente necesario para llegar a donde queremos estar.
Esto influye principalmente en nuestra felicidad, y nuestro sentido de satisfacción en lo que hemos logrado hacer. Al esperar a que otras hagan, nos negamos la oportunidad de llegar a nuestras metas y así a nuestra felicidad. Nunca nos sentimos satisfechos con nada, porque las cosas nunca ocurren como queremos porque no hacemos nada porque así sea al esperar que otros hagan por nosotros lo que queremos.
Siempre da lo mejor que puedas, no por lo que los demás piensen o por lo que otros hagan. Hazlo porque así estarás construyendo tu felicidad con cada acto, y sentirás la satisfacción de haber logrado alcanzar tu objetivo. Lo peor que te puede pasar es no lograr lo que te propusiste, y aún así sabrás que no quedo en ti el no haber llegado a la meta.
Nada, ni nadie, puede garantizar que llegaras a tus metas. Pero que no quede en ti el que no lo logres, siempre da lo mejor de ti para llegar, de esta manera encontraras la satisfacción de que la lucha se hizo y podrás seguir tu camino con la conciencia tranquila.
El único responsable de que las cosas se den como quieres en tu vida, eres tu mismo. Decide que es lo que tienes que hacer feliz, y sal a diario a hacerlo realidad.
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