Cada semana, prácticamente sin falta, algún concesionario del servicio de transporte publico se queja que ya no es negocio el prestar dicho servicio. Lo que nadie realmente da, es una respuesta de fondo del porque ha dejado de ser o desde cuando ya no es rentable.
No hay una respuesta universal que de respuesta a todos los casos, ya que se tienen que hacer los estudios pertinentes en cada caso para determinar si es cierto y la razón de por que dejo de ser negocio. Puede ser desde que la ruta trazada ya dejo de ser significaba para los usuario, hasta que los mismos concesionarios no realizaron la renovación de sus unidades para ajustarse a las necesidades de sus respectivas rutas.
El culpar al gobierno de que la concesión ya no de utilidades no es una salida para pedir aumento del pasaje, ya que no es culpa del gobierno que los concesionarios no se hayan podido adaptar a las necesidades que impone la ruta asignada. La falta de previsión no se puede asignar a otros, ya que ellos mismos tienen los datos necesarios para ir previniendo cambios que tengan que hacer para dar el servicio. Incluso se puede dar el caso que una ruta tenga que desaparecer ya que no presta un servicio necesario para la movilidad de la gente.
Incluso algunas rutas deberían ser tomadas por el gobierno, ya que son necesarias pero no darían ganancia alguna si las llegaran a concesionar. Cuando sea así, el gobierno tiene que tomar cartas en el asunto, para no dejar a ninguna comunidad aislada.
El servicio de transporte publico no puede ser visto como un negocio, ya que de le dependen muchas más cosas que solo el que los concesionarios tengan un negocio rentable. La vitalidad de las grandes metrópolis depende de tener un servicio de transporte publico eficiente y de fácil acceso por todos quienes vivan en ella. La calidad de vida puede verse perjudicada por la falta de un transporte publico, ya que solo depender de transporte privado conlleva congestiones por excesos de automóviles con el consiguiente aumento en tiempos de trasladado y de la contaminación ambiental.
Lo cierto es que ningún centro urbano puede depender solamente del transporte publico o privando, y es necesario que exista una mezcla de ambos. El porcentaje de ambos no es el mismo para todos los centros urbanos, ya que cada uno de ellos tiene necesidades diferentes por sus características particulares. Lo que hace mucha falta, es realmente hacer los estudios necesarios de movilidad urbana para ajustar el como se asignan las concesiones del servicio de trasporte publico a privados para que solo se asignen aquellas que realmente tengan un beneficio tanto para el concesionario y para los usuarios.
Hasta que tanto gobierno y concesionarios no se den cuanta que el modelo que tienen ya es obsoleto, la ciudadanía en general continuara sufriendo un servicio de transporte publico que no esta al nivel de las necesidades reales de la metrópoli en la cual viven.
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