lunes, 21 de septiembre de 2015

Verificación vehicular, otra prueba de falta de visión...

La verificación vehicular vuelve a mostrara los mismos problemas de siempre. Es uno de esos programas ambientales que tienes buenas intenciones, pero que por malos manejos y peor implementación no termina de funcionar.

El enfoque en que solo verificar las emisiones contaminantes, en lugar de que se le de un mantenimiento integral a los vehículos automotores es una de sus principales defectos. Un auto bien mantenido contaminara menos, ya que se asegura que estos se mantengan dentro de los limites para los cuales fueron diseñados.

Por este motivo, el enfoque debería ser en que los motores de combustión interna sean diseñados para cumplir las normas ambientales desde un principio. Y en lugar de enfocarse en llevarlos a verificar, se debería darle mayor importancia en que se cumplan con los plazos de mantenimiento regular que se le tiene que dar. De esta manera no solo se asegura que los autos cumplirán con las normas de emisiones contaminantes, sino que también se asegura que tendrán un funcionamiento seguro.

Aun así falta entender que la verificación vehicular solo es una pieza en el cuidado de medio ambiente, y por esto no tendrá el impacto esperado a menos que sea implementado dentro de un plan integral de movilidad urbana. Es necesario que haya más opciones para que la gente se pueda mover de manera sencilla y cómoda de un punto a otro dentro de la ciudad sin tener que necesariamente recurrir a usar un auto propio.

De nada sirve tener el mejor programa de verificación vehicular, sino hay otras opciones de movilidad urbana como el tren ligero, o el programa de mibici, que sean realmente viables para la gente.

Como en muchos otros ámbitos, es hora de realmente atacar los problemas con programas integrales en lugar de programas que solo ataquen un solo problema a la vez. De otra forma, los problemas seguirán sin tener solución alguna.

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