domingo, 23 de marzo de 2014

La bondad y la maldad dependen del contexto a su alrededor...

Platicando con un par de compañeros de trabajo sobre sí todo es experiencia humana es blando o negro, o es una escala de grises. Una compañera y yo sosteníamos que la mayor parte de lo que pasa dentro de una escala de grises, con solo algunas excepciones que caen en blanco o en negro.

Entre más lo pienso, y veo los valores de diversas culturas a través del tiempo, tengo mayor certeza de que la escala de grises es lo que mejor describe como valoramos lo que pasa a nuestro alrededor. Muy pocas cosas son universalmente reconocidas como buenas o malas por todas las culturas, y ni que decir entre los individuos. Una situación puede ser catalogada como buena o mala dependiendo del contexto en el cual se justifica, tanto por la sociedad como por los individuos que vivieron dicha situación.

Al final de cuantas, cada individuo juzgara el resultado de cada situación como bueno o malo dependiendo de sus expectativas. Cada uno juzgara como bueno o malo el resultado dependiendo de lo que esperaba recibir, y no todos tenemos las mismas expectativas sobre que resultado es el mejor que se puede recibir.

En más de un sentido, cada sociedad e individuo será que es bueno o malo según el contexto y como definan el bien y el mal. Incluso la escala sobre la cual medimos que es bueno o malo va cambiando con el tiempo. Se puede decir que constantemente vamos modificando dicha escala conforme vamos creciendo y madurando; incluso cuando recibimos nueva información cambiamos nuestros puntos de vista. Nada es eterno, y como muchas cosas en la experiencia humana la escala por la cual juzgamos lo bueno y lo malo se va perfeccionando con el tiempo.

La bondad y la maldad no son conceptos sólidos, que dependan de si mismos para definir el resultado de cada acción. Más bien, dependen del contexto dentro del cual cada resultado se da, por lo cual el resultado de una acción no siempre es bueno o malo, sino que depende del contexto en cual se desarrolla cada vez que la acción se lleva a cabo.

Lo que alguna vez fue bueno, puede resultar malo en bajo otras circunstancias o en otro momento. Lo mismo con lo que se llego a considerar malo en su momento. Cada resultado se tiene que ver dentro de su contexto, y rara vez se puede generalizar. Por eso es importante saber, y entender, como se dio un resultado antes de juzgar si es bueno o malo. Tratar de llegar con los menos prejuicios, para así poder valorar lo que se dio y darle su valor justo.

La vida es demasiado compleja como pensar que las que son buenas para unos, serán buenas para todos. Y lo mismo pasa con lo que unos consideran malo, para otros puede ser una bendición.

Por eso, antes de juzgar si algo es bueno o malo, hay que darse el tiempo para entender el contexto en el cual se dio el resultado.

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