viernes, 3 de junio de 2016

El miedo a lo diferente...

Encuentro irónico que grupos religiosos, por no decir ofensivo, que dicen respetar las creencias y convicciones ajenas, mientras les niegan los derechos que ellos gozan simplemente por no compartir la creencias y convicciones que ellos tienen.

Aún sigo sin escuchar algún argumento realmente solido de su parte, solo argumentan sus miedos. Entre más dan razones por las cuales tal o cual cosa no debe de ser, más se ven su miedo al cambio y falta de entendimiento a un mundo mucho más amplio de lo que sus creencias los dejan ver. No buscan realmente entender formas distintas de vivir a la que ellos tienen, lo que quieren es que los demás se acomoden a lo que ellos dicen que es verdad.

Falta entender que porque no estemos de acuerdo con la forma que otras personas llevan sus vidas, no hace que ellos estén mal. Para vivir en paz, no todos tenemos que estar de acuerdo en cual es la mejor forma de vivir para ser felices. El decir que por que somos felices de una manera, todos deben de seguir la misma formula para ser felices o que es la forma correcta de vivir.

Con el tiempo todo cambia, y parece que muchos no comprenden que la forma en que la gente veía las cosas en el pasado es completamente diferente a la visión que tenemos en la actualidad. Y en el futuro, las cosas serán diferentes a como las conocemos en la actualidad.

Cada individuo tiene derecho a vivir de la manera que crea que es la correcta, mientras dicho camino no vulnere los derechos de terceros. Pero no se tiene el derecho a forzar, ni mucho menos legislar, que otros sigan el camino que ella o él eligió. Parecen entender que el hecho de que nadie tenga el derecho de imponerles su manera de vivir, también significa que ellos tampoco tiene el derecho de imponer su manera de vivir.

Son ciegos al hecho de que ellos quieren imponer su visión del mundo, mientras piden que nadie les imponga una visión diferente a la suya. Lo cual es mentira, ya que lo que se pide se les den derechos que ellos gozan sin quitarles derecho alguno a ellos.

Es hora que se dejen de mentiras para defender lo indefendible, para dejar paso a una sociedad más justa. Nadie les pide que estén de acuerdo, solo que dejen vivir en paz.

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