miércoles, 26 de junio de 2013

Las riendas de tu vida...

Pocas cosas son tan tristes, o irritantes, como ver personas con capacidad de sobra para hacer aquello que se requiere para salir adelante no hacer nada. Lo peor, es cuando dicen que porque ellos han de ser quienes tomen acción y esperan que sean otros quienes hagan lo que se tenga que hacer para solucionar su problema.

Las razones son varias, desde el temor de hacerse responsables de lo que pase hasta un sentimiento de victima que solo es llevada por el viento sin poder hacer algo al respecto.

Nadie puede, o tiene que, vivir tu vida y hacer lo que se tenga que hacer para que esta sea lo mejor que pueda hacer. Esto requiero tanto compromiso y valor, ya que significa el tener el valor de hacer lo que sea necesario y la capacidad de enfrentar las posibles consecuencias que se lleguen a dar.

Sobretodo, requiere una gran sentido de responsabilidad y capacidad de ver al largo plazo. Hay que ser contantes, y disciplinados, teniendo en mente que en ocasiones los frutos de nuestra labor puede tardar años en ser vistos. Hay trabajar diariamente, para que construir aquello que queremos lograr durante el tiempo que sea necesario.

Hay que saber negociar, y ceder cuando sea necesario. No se puede subestimar la importancia de saber que hay que saber en que se puede ceder, y cuando hay que hacerlo. En especial entender que ceder no es admitir una derrota o debilidad, sino una herramienta para lograr los objetivos que nos pusimos sin que otros tengan que perder los suyos.

Nadie más puede tener las riendas de nuestras vidas, cada uno de nosotros es responsable de su vida y de como la maneja. Cada uno de nosotros debe de afrontar las consecuencias de nuestras acciones, las cuales tarde o temprano llegaran.

La flexibilidad es importante, ya en habrá veces que tendremos que cambiar de camino para llegar a nuestro objetivo. No se puede prever todo, y nuestra capacidad de adaptarnos continuamente es de suma importancia. Sin ella, se vuelve casi imposible lograr aquello que nos proponemos ya que al menor obstáculo nos detendrá al no poder sortearlo.

Aún así, jamás se debe olvidar que en ocasiones tendremos que desistir. Hay muchos motivos, y cada objetivo tiene el propio. Puede ser desde que las consecuencias son inaceptables, hasta no tener la capacidad para lograrlo. Lo importante es tener la madurez para saber cuando hay que dejar un objetivo para encontrar otro, y así seguir adelante con nuestras vidas.

El cumplir con nuestros objetivos solo depende de nosotros mismo, y nadie más tiene porque hacer nada por lograr aquello que nos propongamos.

No hay comentarios.:

Publicar un comentario

Cosas que no hacen sentido en el trabajo.

Uno de los argumentos más ridículos que he escuchado cuando pido alguna información para sacar algo en el trabajo, es que lo pido para facil...