Algo que es necesario para hacer de nuestras centros urbanos más amigables para quienes los habitamos, es un rediseño que invita a realmente a la convivencia de quienes viven en las mismas. Que se invite a salir, y convivir con los vecinos para crear lazos más estrechos entre quienes viven en la misma colonia.
Es hora de crear los espacios públicos dentro de la mismas colonias para que no sea necesario salir de las mismas para encontrar un sano esparcimiento en todos los niveles. Que sea posible que tanto los individuos, como las familias, disfrutar del lugar del que habitan al mismo tiempo que crean relaciones con quienes viven en la misma zona.
Tanto la movilidad entre las diferentes zonas de una urbe, como la capacidad de los individuos de encontrar lo que buscan dentro de su colonia, deben de ser los dos ejes que deben de prioritarios para tener una ciudad sana. El no tener alguno de estos dos factores, demerita la calidad de vida de los individuos de manera importante. De nada sirve que tengan una gran colonia, sino se pueden transportar a otros puntos de la ciudad con fácilidad.
De igual manera, no sirve que las interconexiones de la urbe sea de primera calidad, si el lugar donde vive la gente no ofrece lugares de esparcimiento e interacción social dentro de las mismas.
Hasta que no logremos construir una urbe en la cual las zonas en la cuales la gente vive sean el centro dentro de las cual puedan desarrollarse, no lograremos que la calidad de vida de la gente aumente al grado que queremos ver. El buscar esparcimiento en otras zonas debería ser opcional, no una obligación para encontrar distracciones.
El diseño de las urbes debe de tener como prioridad el facilitar la creación, y el mantenimiento, de lazos entre los individuos. Para que de esta manera general comunidad más fuertes, y sobretodo más humanas.
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