Concentrémonos en los proyectos...

Algo que falta para salir adelante, aparte de ser más participativos en la vida de nuestras comunidades, es dejar de ver las cosas en blanco y negro.

En realidad, pocas cosas están en lo blanco o en lo negro. La mayoría están en la escala de grises, por lo tanto tienen que ser consideradas en relación a sus propias virtudes y defectos. Antes de desechar o aceptar un nuevo proyecto de entrada, tenemos que ver que es lo que realmente propone para sopesar sus beneficios y sus defectos.

Sobretodo, hay que tener en mente que por que no funcione de la manera en la cual fue propuesto el proyecto no significa que no pueda ser modificado para mejorarlo o que sus deficiencias sean corregidas. Lo importante es realmente darle a cada proyecto el tiempo necesario para que realmente sea considerado, y en su caso se pueda realmente hacerle los cambios pertinentes antes de que sea puesto en marcha.

Es importante darnos cuenta que lo importante es considerar cada proyecto que se nos presenta por el mismo, y no tanto por quien es la persona o el grupo que lo propone. Cierto que se tienen que tener ciertas consideraciones dependiendo de que es lo que se pretende lograr con el proyecto a elegir, se debe considerar a toda persona, o grupo, que cumpla con los requisitos que se sentaron en la convocatoria.

Tenemos que terminar con las denotaciones basadas en la procedencia del proyecto, y no en el estudio del proyecto mismo. No por que un proyecto provenga de un grupo afín lo hace bueno, o por que venga de un grupo con quien no estas de acuerdo lo hace malo.

Lo importante es centrarse en el que proyecto cumple mejor con lo que se busca realizar, o en cual proyecto traerá los mayores beneficios a la mayoría. Y tener el mente que no todos están en lo correcto todo el tiempo, así que la solución podría venir de otros lugares.

Es hora de no solo participar más dentro de nuestras comunidades, pero realmente ser capaces de considerar proyectos por sus propios méritos sin importar su procedencia.