Muchas de las causas sociales por las cuales se vienen luchando no producen frutos por la falta de capacidad de realmente llegar de acuerdos, no porque no se puedan resolver. Los involucrados se concentran en lo que ellos quieren para si mismos, y dejan de escuchar lo que la otras partes dicen.
Hasta que no realmente escuchemos lo que los demás quieren lograr, que es lo que les preocupa y cuales son sus objetivos, los problemas seguirán sin resolver porque nadie realmente esta trabajando en resolverlos desde la raíz. Solo se subsanan, ya que solo se solucionan parcialmente al solo darle lo que busca a una de las partes.
Para encontrar la soluciones que realmente terminen con los problemas que buscamos terminar, tenemos que encontrar aquella que les de a todos los involucrados lo que realmente buscan o necesitan para que así sea. Mientras no sea así, solo se alarga la vida del problema innecesariamente. Incluso se hace que el problema crezca sin necesidad de que así sea, dando soluciones parciales que no sirven de gran cosa a la larga.
Tenemos que entrar a la resolución de conflictos pensando en como podemos lograr que todos obtengan lo que realmente quieren lograr, no concentrarnos en lo que queremos para nosotros mismos. Esto nos ayudara a realmente darnos cuenta que es en lo que podemos ceder, y en lo que, para lograr el objetivo que queremos lograr. El ceder no es signo de debilidad, pero hay que saber en que es en lo que podemos ceder sin sacrificar el objetivo que buscamos lograr.
La forma en la cual buscamos la resolución de los conflictos a los cuales nos enfrentamos han triado una división innecesaria, sin dar resultados satisfactorios. Incluso se han generado problemas nuevos que se pudieron haber evitado de haber actuado de manera diferente.
Para lograr los resultados que queremos, es hora de actuar diferente. De no ser así, podemos seguir de la misma manera.
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