Es erróneo pensar que la unidad y la armonía significa que no existe ningún tipo de conflicto. En realidad, la unidad y la armonía se logran al resolver de manera satisfactoria para todos los conflictos conforme van apareciendo.
Los conflictos son parte de la vida en comunidad, y por lo tanto no debemos permitir que su existencia ponga en riesgo la unidad de nuestra comunidad. Al resolver de manera satisfactoria a todos los conflictos no solo se preservara la armonía dentro de la comunidad, sino que se vera fortalecida.
Es hora de que veamos los conflictos como oportunidades de crecimiento, al fomentar una mayor confianza entre los miembros de la comunidad al resolverlos en una manera que permita que todos obtengan lo que buscan. El solo enfocarnos solo en lo que queremos, y pensar que para ganar tenemos que evitar que la otra parte logre lo que busca, solo logra dañar a la comunidad. Se pierde la confianza, y con ello se va degenerando el ambiente comunitario.
Todos podemos salir con lo que queremos, pero para lograrlo primero tenemos estar seguros que es lo que tenemos que hacer para obtener ese resultado. Siempre podemos ceder algunas cosas para lograr ese objetivo, solo hay que saber que es lo que podemos ceder para lograr el objetivo final.
Con cada conflicto tenemos la oportunidad de lograr aumentar la unidad dentro del grupo, o generar condiciones que le resten. En que dirección apuntara, depende en gran medida como manejemos el conflicto y en su resolución. Por esto es necesario cambiar la forma en la que se ven los conflictos, y hacer todo porque estos sean resueltos en beneficio de todos.
El fin no justifica los medios, ya que si no usamos los medios correctos el fin no valdrá la pena.
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