Todavía no llega la jornada electoral, y ya mucha gente está segura de que habrá alguna trampa por parte de algún partido político contra el candidato de su preferencia.
Un evento que debería ser uno de los eventos claves de nuestra democracia, y unirnos como sociedad. Pero, al parecer, las elecciones solo sirven para que pongamos nuestra atención en que nos diferencia y que la sociedad se fracture. Se genera una gran desconfianza que no ayuda a la construcción de un mejor país, y lograr disminuir las desigualdad.
Al parecer los candidatos se encuentran preparándose para declarar victoria, o para decir que les robaron y que todo fue un fraude.
La voz de la gente es lo que menos lo que menos les importa, lo que quieren es lograr llegar a la presidencia. No importa quien gane, el perdedor declarara que hubo fraude y no reconocerá al ganador. Lo peor del caso, es que hay gente que esta dispuesta a creer que así fue.
Lo que me preocupa es como reaccionaran los grupos más radicales del bando perdedor, y lo que harán los del ganador para defender su victoria.
Y por el momento por el cual atraviesa México, lo último que necesitamos que la elección genere aún una mayor desconfianza. Para agravar el problema, dicha desconfianza no solo se dirigirá al gobierno, sino a la misma sociedad.
Llego la hora de hacer que todos nos pongamos la pilas, y realmente hagamos de las sean nuestras. Hay que recuperar la confianza en nosotros mismos, y en lo que podemos lograr cuando trabajamos para llegar a donde queremos estar.
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