jueves, 16 de febrero de 2012

Candidaturas...

Viendo como los partidos se fracturan cada vez que llegan las elecciones, y todo por que la que hay individuos que están tan ansiosos de poder que prefieren poner en duda la credibilidad de los partidos políticos a pertenecen en lugar de buscar la forma de trabajar por el pueblo como dicen hacer.

No se dieten ante nada en sus berrinches, no hay otra forma de llamarlos, para conseguir lo que buscan. Incluso ponen a los integrantes de su partido unos contra otros, sin importar que esto debilite la posición de partido.

El resto de la sociedad resulta afectada, ya que no siempre los candidatos que salen de las contiendas internas son las mejores opciones. Son aquellos que resultaron ser los menos peligrosos para los intereses internos de los partidos que los proponen.

Y al no poder tener opciones para elegir fuera de lo que propongan los partidos, ha provocado que la gente este desilusionada con el proceso democrático que tenemos. Muchos candidatos tienen pocas conexiones con la sociedad, ya que si quieren alguna candidatura tienen que estar bien a los ojos de los lideres de sus respectivos partidos políticos. Ellos son los que deciden si van a la contienda, o no.

En cada proceso electoral los partidos dicen que buscaran al elusivo candidato de unidad, y en cada oportunidad hay fracturas al interior por parte de personas descontentas por que se los otorgo a ellos la candidatura.

Al parecer el candidato es tan elusivo que se necesitan cambiar los mecanismos para encontrarlo, o no existe.

Pero como al final los candidatos que resultan de todo esto son aquellos que terminan debiéndose a sus partidos políticos, cuando llegan a la posición por la cual contendieron ya se encuentras comprometidos con ellos. Por ello, es el interés ese individuo en primero satisfacer los compromisos adquiridos con estos elementos, y los interés de la sociedad a la cual sirven pasan a un segundo plano.

Por esto, es de importante que la figura del candidato ciudadano sea una realidad. Esto nos daría una opción real para elegir a un candidato que no solo provenga de la sociedad, y además de que pueda forjar compromisos con la sociedad de forma más directa. Otra ventaja sería que los partidos políticos tendrían que reformarse de una manera mucho más seria, y aquellos que no lo hagan podrían desaparecer.

Al fin y al cabo, quienes llegan a los puestos de elección popular deben representar a la sociedad de la cual emanan y no a un grupo tan pequeño como las lideres de los partidos políticos.

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