miércoles, 28 de marzo de 2012

Apatía, un enemigo a vencer...

La apatía es el enemigo más grande a cual nos enfrentamos para lograr cualquier cambio.

Al no tener motivación para lograr cambiar las cosas, permanecemos inactivos dando oportunidad a otros que hagan lo que quieran. El sistema actual depende en gran medida en que la apatía de la mayoría continué, para que quienes tienen el control puedan seguir ejerciéndolo impunemente.

En cierta medida la apatía proviene de la falsa premisa que necesitamos realizar grandes acciones para lograr cambiar al sistema, y que como individuos dichas acciones están fuera de nuestro alcance. Lo cual es falso, para lograr grandes cambios la suma de pequeñas acciones positivas puede tener el mismo efecto en el tiempo. Lo importante es que tiene que realizarse en forma constante, y sostenida en el tiempo, para que realmente surtan efecto.

Sobretodo, hay que sostenerlas para generar sinergias dentro de nuestras comunidades. Las acciones que tomen los individuos dentro de una comunidad tienen efectos que pueden ser sentidos por toda la comunidad, y cuando las acciones se vuelven colectivas su efecto se multiplica. Por eso importante mantenernos activos dentro de nuestra comunidad, y realizar actividades que aporten algo positivo.

Es importante recordar que en la mayoría de los casos, no necesitamos a toda la comunidad nos apoye. Lo que importa es actuar de manera que nuestro aporte a la comunidad sea positivo, y ayudemos a construir una comunidad más fuerte.

Las comunidades no solo tienen individuos, también están formados por subgrupos con intereses, y habilidades diversas. Todos tienen fortalezas y debilidades, lo que hay que buscar es como estás se complementan en la búsqueda de crear una comunidad mejor para todos.

Hay que dejar que todos aportemos, y no dejar fuera a quienes tienen diferentes puntos de vista. Nadie tiene todas las respuestas, y no aprovechar las contribuciones por personas, o grupos, que no comparten nuestro punto de vista nos debilita. La diversidad es una fortaleza, más que una debilidad.

Caer en al apatía puede llegar a ser una trampa mortal, ya que nos lleva a un callejón sin salida.

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